lunes, 23 de febrero de 2015

Mi presentación.

 Mi nombre es Santiago Rosillo. Cuando era pequeño, me preguntaron qué quería ser de mayor, y yo respondí: “dinosaurio o dibujante“.
Dinosaurio no pudo ser.
Ésta es, quizás, una de las anécdotas más significativas de toda mi vida. El blog que os presento a continuación muestra el proceso que cualquier ilustrador realiza antes de culminar obras mayores. En este sentido, existe un cuento de origen chino que viene muy al caso.
Cierto emperador le pidió al mejor artista de China que le dibujase una carpa dorada. El artista le dijo que, cuando estuviese lista, le avisaría. Pasaron algunos días y el emperador fue a preguntar cómo iba el dibujo de la carpa. “Aún falta mucho, Majestad”, le respondió el mejor dibujante de China.
Tras varias semanas, el emperador volvió a preguntar por la carpa y recibió la misma respuesta: “Aún falta mucho, Majestad”.
Este vaivén se repitió a lo largo de un año, tras el cual el emperador visitó al artista acompañado de un verdugo. El pequeño hombre los esperaba con un pincel en la mano. Frente a él, había un lienzo de papel de arroz. Antes de que el emperador abriese la boca, el artista mojó el pincel en la tinta dorada y dibujó la carpa de un solo y magnífico trazo.
El emperador, sorprendido, le preguntó: “Si era tan fácil, ¿por qué no lo hiciste desde un primer momento?”, a lo que el artista respondió abriendo un inmenso armario del que cayeron miles de esbozos y dibujos de la misma carpa dorada.
Y esto es lo que representa el blog que tenéis ante vosotros: los interminables y generalmente imperfectos esbozos de carpas doradas.


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